
When it comes to inner purity, our thought-lives could be compared to a playground. One moment we climb the ladder toward victory and the next we’re nudged over the edge and can’t stop the downward spiral until we’ve fallen back where we started.
El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia (Proverbios 28:13)
Lava tu corazón de maldad, oh Jerusalén, para que seas salva. ¿Hasta cuando permitirás en medio de ti los pensamientos de iniquidad? (Jeremías 4:14)
Corrigete, Jerusalén, para que no se aparte mi alma de ti, para que no te convierta en desierto, en tierra inhabitada (Jeremías 6:8)
Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno. Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; mejor es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego (Mateo 18:8-9)